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Cuando parecía hace unos años que el vinilo terminaría desapareciendo para dejar paso a los nuevos formatos digitales, nadie se habría imaginado que remontaría de la forma tan espectacular que estamos viendo ahora.  Parece que la gente esta empezando a valorar de nuevo las bondades de este formato, frente a los nuevos, mas livianos y portables.

El vinilo, a diferencia de los formatos digitales es un soporte que registra absolutamente toda la información sonora de una grabación, por lo que la reproduccción en un buen tocadiscos debídamente ajustado es una experiencia que no se puede comparar con ningun otro medio.

Últimamente está llegando al taller una oleada de tocadiscos rescatados del trastero para reparar o simplemente para un cambio de aguja y ajuste. Esto último es de vital importancia para poder sacar todo el partido a la reproducción, ya que un tocadiscos mal ajustado no solo va limitar la cantidad de información sonora, si no que va a dar lugar a distorsiones, chasquidos y una degradación prematura de la aguja y el propio disco de vinilo.

En esta ocasión tuvimos para una puesta a punto este tocadiscos Dual 1249  del año 1975. Un buen tocadiscos bien construido y en un estado impecable, pero con algunos problemas muy típicos de la edad en este tipo de equipos.  Además de un desajuste notable, el sistema automático del brazo no actuaba. En la mayor parte de ocasiones esto se debe a la solidificación de la grasa del mecanismo, otras veces al desgaste de determinadas piezas o simplemente a un desajuste en el brazo. En este caso fue un compendio de varios factores. Solucionado lo anterior, llegó el momento  del ajuste. Como se ha dicho esta parte es de gran importancia por lo que es uno de los procedimientos en los que se presta mayor atención antes de entregar el equipo. El objetivo final de una buena calibración es conseguir que la aguja recorra el surco del vinilo de forma correcta, en una posición centrada y con un peso determinado para que la aguja recoja con precisión todas las irregularidades contenidas en las dos paredes del surco, lo cual será traducido en una señal acústica. Para ello hay que realizar una serie de ajustes: En primer lugar, para calibrar correctamente el tocadiscos hay que asegurarse de que la plataforma está perfectamente nivelada y el brazo queda totálmente paralelo al plato, de lo contrarío habrá que revisar cual es la causa de este desajuste y corregirlo. En algunos tocadiscos de gamas altas es posible ajustar la altura del brazo para conseguir esta nivelación. En otras ocasiones, cuando el plato queda demasiado bajo y no hay posibilidad de bajar el eje del brazo se puede añadir un calzo debajo de la alfombrilla del plato. Una vez hecho esto se ajusta la posición de la cápsula para reducir al máximo el error lateral de trazado. Este tipo de error o distorsión de reproducción se da en tocadiscos con brazo de movimiento radial ya que, el movimiento de la capsula describe un movimiento semicircular desde el comienzo hasta el final del disco. Como resultado, la aguja tiene un ángulo respecto al surco variable durante la reproducción y el error es distinto a cero en casi todo momento. Sin embargo, con un buen ajuste se consigue minimizar el error al máximo haciéndose imperceptible. Este tipo de error de trazado no se da en tocadiscos de movimiento tangencial ya que el brazo se desplaza lateralmente de principio a fin y la aguja sigue un trayectoria rectilínea con un ángulo fijo.

El siguiente paso es ajustar la fuerza de seguimiento de la aguja. Esta fuerza es el peso que ofrece la aguja sobre el disco y tiene que estar dentro de un rango determinado para conseguir una reproducción correcta. Una aguja con demasiado peso empastará el sonido en exceso y atenuará altas frecuencias. Además de esto, reducirá la duración de la aguja y deteriorará nuestros vinilos. Por otro lado, una aguja excesívamente ligera ofrecerá un sonido sucio, con poco detalle e incluso puedrá ocasionar saltos de surco con los que se dañará nuevamente nuestro disco y aguja. En conclusión, hay que ajustar muy bien este peso para tener una reproducción óptima y alargar la vida de nuestra aguja y discos.

Otro parámatro clave en el ajuste de todo tocadiscos es el anti-skating, es decir, la fuerza lateral que ofrece el brazo. Para un correcto ajuste, éste se debe de mover de afuera hacia adentro del disco únicamente por la fuerza ejercida por el surco, sin ninguna oposición. Para esto la fuerza ejercida por el brazo debe ser nula. Para entenderlo mejor:  al reproducir un disco sin surcos con una superficie plana como un espejo, el brazo debería de quedarse estático sin moverse en ninguna dirección. Un tocadiscos con un anti-skating mal calibrado va a tender a ejercer mas fuerza hacia un lateral u otro del surco, con lo cual el estéreo va a quedar desbalanceado hacia uno de los dos canales, llegando incluso a distorsionar y saltar surcos en casos extremos.

Estos ajustes sumados a una aguja en buen estado sin duda marcarán la diferencia en la reproducción del tocadiscos además de extender la vida de nuestros vinilos.

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